El Parque Cabo de Gata-Níjar ocupa parcialmente los términos municipales de Almería capital, Níjar y Carboneras.
Es un enorme Parque Natural con una extensión terrestre de 38.000 hectáreas y un franja marina de una milla de anchura, con 12.000 hectáreas y 50 km de costa acantilada que no ha sufrido la más mínima degradación medioambiental.
En los últimos años han ido naciendo a lo largo del parque alojamientos rurales y establecimientos hosteleros con una clara idea de negocio, respetuosos con el medio ambiente y participes de la filosofía de belleza sin artificios que inspira el Parque. Una oferta de calidad que está atrayendo a un turismo capaz de gozar del encanto de estos alojamientos, con trato familiar y decorados refinadamente
Medios de comunicación como el New York Times y editoriales especializadas como la Guía Lonely Planet han señalado este parque sobre otros lugares del Mediterráneo, elevándolo a la categoría de paraíso.
Entre los reconocimientos de este Parque Natural está el de Reserva de la Biosfera UNESCO desde 1997, Zona Especialmente Protegida de Relevancia para el Mediterráneo –ZEPIM (2001) Geoparque (2001) o Lugar de Interés Comunitario de la UE.
El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, además de playas naturales paradisiacas como las afamadas Playas de Mónsul y Genoveses , tiene playas urbanas en condiciones inmejorables y distinguidas con la bandera azul. El parque tiene reservadas multitud de calas bonitas a las que se puede acceder con un poco más de esfuerzo descendiendo por terrenos rocosos o bien haciendo la travesía en pequeñas embarcaciones.
Claves fundamentales para entender y gozar de la belleza y riqueza del parque son su flora endémica, flora como palmitos, esparto, especies de agave o bien azufaifos, propia de un tiempo semiárido único en Europa y un paisaje de gran pluralidad geológica producto del vulcanismo de la zona
El ecosistema marino del parque es otro de sus puntos fuertes, con aguas cristalinas que dan cobijo a un fondo marino variado, con extensas praderas del alga posidonia y una gran pluralidad de peces, moluscos, cangrejos etcétera. Bucear en estas cálidas aguas es una experiencia inolvidable.
Aunque la fauna terrestre es afín a otros puntos del mediterráneo, hay alguna peculiaridad a destacar en reptiles como el Lagarto ocelado y la víbora hocicuda y sobretodo en aves, puesto que en las salinas de Cabo de Gata se concentran multitud de ellas de enorme interés ornitológico que pueden ser divisadas en casetas preparadas para ello.
Los indicios humanos del parque son otra de las cosas que le aportan peculiaridad y encanto al lugar, por el hecho de mostrarnos de algún modo su pasado árabe; aljibes, norias, alfarería o bien torres defensivasy de vigilancia que fueron construidas para frenar a los piratas berberiscos. Aún hallamos vestigios más recónditos de fenicios y romanos con sus fábricas de salazón de pescado, entre otras cosas.
De la historia más reciente del Parque Natural tenemos como ejemplo los molinos harineros, que salpican el parque como testimonio del latifundio cultivado de trigo y cebada que fue a inicios del siglo XX. También las interesantes estructuras mineras que se encuentran en Rodalquilar y de las cuales comenzó a extraerse oro en 1925 (hoy ya abandonadas)
La sostenibilidad está presente en el parque y por ende, las actividades que se realizan en el Parque tratan de respetar este condicionante sin perder la variedad: buceo, snorkel, kayak, cicloturismo, excursiones a caballo… gracias a la ubicación del mismo. Es ideal para hacer escapadas y excursiones con visitas interesantes como la de los poblados del oeste, los karst de yeso de Sorbas o la propia capital de Almería a unos pocos kilómetros.
En definitiva…un paraje de ensueño que no puedes dejar de visitar este verano